Alfredo Alcón: “Me gusta mucho captar la respiración de una obra”
01 • mayo • 2005
Por Alberto Catena
17 min
25 años en 25 textos
Por Mariano Stolkiner
Director Ejecutivo del INT
“Sin dudarlo, es para mi un honor tener la posibilidad de escribir estas palabras como prefacio de lo que significa la importancia de que podamos contar con esta antología, hoy editada por el Instituto Nacional del Teatro. Una maravillosa oportunidad para acercarse y nutrirnos del pensamiento de grandes referentes de la escena teatral, un hecho que perdurará en el tiempo como material invaluable para las nuevas generaciones. Son ellos quienes, en gran medida, cautivaron el amor y pasión de tantos otros por el hacer teatral. Hay momentos clave en la historia, revolucionarios, el arte no está exento de este tipo de acontecimientos. Nunca tuve claro si quienes han logrado abrir estos nuevos caminos alrededor de nuestras formas de pensar nuestro acervo teatral, se lo habían propuesto como objetivo trazado de antemano. Más allá de que así fuera, o no, lo que lograron estos artistas fue, en cada caso, instalar a través de sus singularidades un nuevo modo de entender y abordar nuestra teatralidad. Si bien cada uno se ha inscripto en una poética propia, algo que tienen en común, es ese giro drástico que han dado a la hora de dar vida a sus obras. Entrevistas que contienen un valor único, realizadas por grandes pensadores y analistas de nuestro teatro a quienes quiero agradecer profundamente el trabajo que han llevado adelante frente a creadores de la talla como los que tenemos oportunidad de leer a lo largo de esta secuencia de entrevistas.
No hay duda de que el teatro se aprende, por sobre todas las formas, llevándolo a la práctica, pero, ¿que sería de ésta si no contáramos con la posibilidad de escuchar la voz de estos referentes de la escena? Toda revolución se basa en una tradición, por eso es que el legado de lo que nos puedan transmitir quienes ya han recorrido un camino, no sólo nos abre a la posibilidad de aprender de aquello que está sucediendo, sino que nos invita a pensarnos en nuestras propias formas de hacer.
Argentina goza de uno de los campos teatrales más prolíferos e importantes a nivel mundial, algo de lo que debemos estar orgullosos como sociedad en su conjunto. El teatro se compone de dos partes indivisibles, el del campo de los creadores y el del público asistente, que es quien en verdad completa y termina de dar sentido a su existencia. Es por esto que esta antología contiene un valor sustancial, no sólo para quienes nos movemos en el marco de la creación, sino y, por sobre todas las cosas, para quienes asisten a nuestras salas, quienes no muchas veces tienen esta maravillosa oportunidad de dialogar con los artistas por fuera de sus obras. Seguramente, al preguntarles a muchas de las personas que asisten al teatro si conocen a la mayoría de los creadores que se recopilan a través de estas entrevistas, nos dirían que sí, cuando, en realidad, lo que conocen de ellos son sus obras, muchas veces, entendidas éstas como una forma de conocer al propio artista. Sin embargo, tener la posibilidad de entrar en contacto con sus pensamientos y formas de abordar sus teatralidades es un modo aún mucho más cercano de conocer a las personas que se reflejan a través de sus trabajos, es por esto que no puedo dejar de celebrar la gran oportunidad que se nos propone a lo largo de esta lectura ofrecida.
Sólo me resta finalizar estas palabras, volviendo a agradecer a cada uno de los artistas que nos han regalado la posibilidad de conocer algo más acerca de su modo de hacer y pensar nuestro teatro, a quienes abrieron camino para que esto sea posible en cada una de sus entrevistas y, especialmente, al equipo de editorial del Instituto Nacional del Teatro que, en el tiempo, ha ido trabajando en estos materiales para hoy ponerlos a disposición de los lectores en esta antología que estoy seguro será enormemente apreciada por todos aquellos que encontramos en el teatro una forma única de vivir nuestro presente.”
Por Carlos Pacheco
Editor responsable de la Editorial / 2000 a 2022
La creación del Instituto Nacional del Teatro, en 1997, posibilitó comenzar a apoyar la creación escénica nacional. A través de diversas líneas de subsidios destinados a fortalecer la producción teatral a lo largo y ancho del país o del otorgamiento de becas que permitieron enriquecer la formación de los creadores, el organismo fue, con el correr de los años, definiendo su accionar y a la vez –a través de sus Fiestas provinciales, regionales y la Fiesta Nacional del Teatro, pudo reconocer el estado de desarrollo de la labor escénica argentina.
En el 2000 el Consejo de Dirección del INT aprobó el proyecto de realizar una revista que diera cuenta de lo que sucedía en el teatro de las diferentes provincias. La intención era permitir que comenzaran a aparecer nuevas voces de referentes provincianos que, en algunos casos, llevaban mucho tiempo trabajando para promover el crecimiento teatral en sus territorios de origen y, en otros, dar la palabra a los nuevos directores, actores o gestores.
Hasta entonces las más divulgadas eran las opiniones de los artistas de Buenos Aires. Y solo en pocas ocasiones surgían, en algunas provincias, revistas que dieran cuenta del quehacer que se desarrollaba en sus zonas de influencia.
Picadero, la revista del Instituto Nacional del Teatro, ha intentado en cada uno de sus números aportar un panorama de la realidad escénica en una totalidad que resulta muy significativa. A través de entrevistas a distintos artistas, el lector ha tenido y tiene la posibilidad de conocer, no solo la opinión de un buen número teatristas del interior en un cruce continuo con hacedores de CABA.
En cada ejemplar de la publicación también participan periodistas de las diferentes regiones, dado que son ellos quienes poseen las referencias artísticas que sostienen la labor de los entrevistados y conocen con mayor profundidad la historia teatral de cada una de las comunidades en las que esos artistas trabajan.
Si se hace un repaso del trabajo realizado en estos 24 años de existencia de la revista Picadero se podrá apreciar como muchos creadores, que en su momento asomaban como nuevos e interesantes provocadores dentro del teatro de sus territorios de origen hoy son fuertes exponentes del arte teatral de la ciudad en la que nacieron y se formaron.
Muchos también se trasladaron a Buenos Aires y han perfeccionado su trabajo en la ciudad, destacándose notablemente. Otros salieron a conquistar otros territorios y se han afincado y siguen produciendo en otras localidades del territorio nacional o fuera del país. Pocos han dejado la actividad escénica para producir en campos como la investigación académica, la docencia o la gestión.
Picadero también, en muchas oportunidades, se hizo eco del trabajo de directores internacionales, lo que posibilitó que sus opiniones sobre el fenómeno teatral se proyectaran a nivel nacional.
La publicación, analizada con cierta distancia, resume los cambios que fueron produciéndose en el teatro argentino en las últimas dos décadas. Un pequeño fragmento histórico del acontecer dramático que bien puede repasarse para comprender a un sector de la cultura argentina en continuo crecimiento.