Los tres dramas incluidos en este volumen (Lo que no vemos morir, Sombras y Cazadores), escritos entre 1941 y 1957, responden a las estructuras del drama moderno, incorporando procedimientos subordinados del expresionismo y el simbolismo. Por su estética y contenido profundamente humano, estos tres dramas se revalorizan hoy como muestra de la ductilidad del escritor y la actualidad de los conflictos existenciales que expuso hace tantas décadas.