La historia del teatro no es otra cosa que la historia de sus convenciones. Esos acuerdos frágiles, acrobáticos siempre al principio pero que a la larga se fosilizan.
La historia del teatro es la historia, al fin y al cabo, de los artistas que se animan a ese salto sin red que es el de buscar convenciones donde antes no hubo. Sin ellos abriendo, todo gesto se vuelve mueca. El teatro monó- tono se ahoga en su propio mar de lugares comunes.
Insurgente en sus formas, lejos de cualquier tópico; la dramaturgia de Juanjo Santillán se desmarca con estas piezas del campo de las convenciones ordinarias.
Extraordinaria entonces, en el sentido más literal de la palabra, generosa como es siempre la dramaturgia que lega lo nuevo, constituye sobre la escena una instala- ción que nos provoca desde el desafío poético de sus textos. Y el poder de sus acciones.
Mauricio Kartun