Tito, Titi y Toto ven pasar el tiempo sobre un baúl, que los transporta a un mundo onírico de juego y disfrute. Pero como todo juego tiene sus reglas irán armando aventuras que consoliden su amistad y el respeto por el otro. El universo lúdico y onírico en el que conviven los tres personajes (interpretados por Mauricio Varela, Geronimo Mohedano y Max Meloni), serán las fichas que jugarán con los espectadores. Por allí va la propuesta de la obra tucumana “Lapsos (Hip, hip, hurra!)”, producida por Lucas Rodríguez, dirigida por Vivi Perea y con entrenamiento de payasos a cargo de Gonzalo Véliz. “La obra se gestó en plena pandemia: desde nuestras computadoras y celulares empezamos a encontrarnos y a indagar sobre el tiempo. Ese fue nuestro gran tema: cómo lo percibimos, cómo influye en nuestra percepción de las cosas, cuáles eran nuestras experiencias más significativas en las cuales el paso del tiempo nos transformaba. A partir de ello fuimos construyendo un guión fragmentado entre todes les integrantes. Al habilitarse las actividades teatrales nos reencontramos físicamente y empezamos a ‘poner el cuerpo’ a esta investigación. Así estrenamos en Sala Ross en una propuesta donde actores y actrices iban recorriendo el espacio de la vieja casona ubicada en el centro de Tucumán. Estrenada esta primera propuesta, el trabajo fue mutando y nos fuimos preguntando acerca de la concepción del tiempo en las infancias. Volvimos a nuestras vivencias, a jugar, a reírnos, a re-construir esa percepción de eso tan intangible y tangible al mismo tiempo”, detalla la directora Vivi Perea.
“La recepción de las familias en Tecnópolis fue mágica. Creo que es muy importante resaltar la conexión que se establece entre actores y público y me refiero no sólo a las infancias, sino también a quienes acompañaban a los niños y niñas. Ese es nuestro gran desafío: que todos y todas volvamos a jugar, que esa ceremonia, ese convivio resulte transformador y mágico, que paremos nuestros relojes por ese tiempo y volvamos a reír, a jugar, a disfrutar”, invita Vivi. “La participación en Tecnópolis fue maravillosa, nos sentimos sumamente cuidados por todo el equipo técnico, nos encontramos con un contexto distinto al nuestro pero con las infancias que, más allá de las distancias, sienten y perciben lo mismo. El juego, las travesuras, las complicidades, el amor, la amistad… Nos encontramos con el desafío de cautivar a todo ese público que contaba con diversas propuestas y que eligió entrar al #TAF. La experiencia fue sumamente enriquecedora a nivel profesional y humano”.
Desde Choele Choel, provincia de Río Negro, llegó al Transbordador Escénico “Cada uno, cada uno. Cacuali cacuali”, de Laura Escalante y Paola Aciar, protagonizada por ellas mismas y dirigida en conjunto con Gabriela Ottogalli. Pamplona y Pipistrela, dos viajeras, cuentan la historia de una Viejita y un Viejito que viven en el desencuentro, quienes para reencontrarse deberán hacer algo tan simple como aceptarse. Cuando pasa la tormenta y reina el arcoíris los viejitos se dan cuenta que la clave estuvo siempre a un pasito. “Crear la obra fue profundo y sensible. Nos encontrábamos afrontando un momento emocionalmente difícil, por eso creemos que la obra nos buscó para acompañarnos y darnos el abrazo que estábamos necesitando. Cuando se transitan momentos especiales los procesos creativos están plenamente cargados de uno, de todas las emociones, por eso la esencia de la obra es traer la calma y la idea del amor puro, la importancia de los vínculos. Comenzamos en una primera etapa de la mano de Gabriela Ottogalli quien nos ayudó con su mirada y en la toma de decisiones. Luego Gabi se fue de viaje y seguimos nosotras en la creación. Ensayábamos en el patio de casa, luego en otros espacios. Hicimos nuestro estreno en una escuela primaria y a partir de la mirada de las infancias seguimos ajustando y revisando la obra. Las infancias colaboraron muchísimo en el resultado ya que tomamos esos aportes para hacer crecer el trabajo. Quizás estrenar en escuelas es nuestra particularidad, para luego poder transformar o reafirmar lo que hacemos. La escuela tiene ese qué-se-yo que nos gusta tanto, es un espacio en el que nos sentimos muy a gusto”, nos relata Paola Aciar.
Unas gotas de humor y una pizca de ternura es todo lo que se necesitaba para contar esta historia para toda la familia, cuyo equipo se completa con el diseño, escenografía y vestuario de Juliana Ojeda. “Participar en Tecnópolis fue como Maradona antes de entrar a la cancha, estábamos ahí con toda la emoción puesta. La posibilidad de encontrarnos allí, siendo parte de este increíble proyecto popular y nacional, para nosotras que vivimos en otra región del país y que no conocíamos fue de muchísima emoción. Sin el acompañamiento del Estado esta experiencia de acercarle a otros públicos lo que hacemos sería muy difícil de realizar. Por eso es que ponemos en valor este tipo de proyectos federales que permiten la posibilidad de que otras regiones del país puedan transitar la experiencia y que chicos y chicas tengan acceso a tanto contenido de calidad”, cierra Paola.
“Lapsos (Hip, hip, hurra!)” se estará presentando en Sala Ross de San Miguel de Tucumán durante los meses de septiembre y octubre. “Cada uno, cada uno. Cacuali cacuali” hará funciones próximamente en el espacio cultural Les Mirones de las Grutas.
