📌 CABA
El origen del endiablado sonido del viento, que se da extrañamente en los días de tormenta en un paraje remoto de la Patagonia, trae al presente una historia que permite reflexionar sobre la memoria, la identidad y la autodeterminación. Hormiga Blanca es la joven y bella hija del Cacique. Es pretendida por Koná, un valiente guerrero, pero también por el malvado brujo Cuervo Negro. Su padre el Cacique, persuadido maliciosamente por éste, impone al joven pretendiente una serie de peligrosos trabajos, con el objeto de que fracase en el intento. Pero Hormiga Blanca es indómita e inteligente, y ayuda a Koná en sus misiones, que son son cumplidas con éxito. Ante el último desafío, Hormiga Blanca no encuentra forma de ayudarlo, y Koná deberá apelar al aprendizaje logrado a lo largo de su camino. Ambos jóvenes comprenderán así que sus deseos han forjado sus destinos, alejados de los mandatos, en armonía con la naturaleza y guiados por el saber ancestral de su pueblo.
“Es una obra que la compañía empezó a gestar durante los años de paralización de la actividad teatral a causa de la pandemia Covid-19. Queríamos volver a la actividad lo antes posible y entendimos que debía ser con una obra autoportante que pudiera ser representada en lugares abiertos, además de salas. Elegimos trabajar sobre un formato tradicional siciliano, la Opera dei pupi, dado que sus características técnicas y formales coincidían con nuestra necesidad logística, pero también con una búsqueda estética. Si bien la Opera dei pupi representa generalmente historias basadas en las gestas carolingias, en dialecto y a través de poemas épicos, nosotros llevamos ese formato a una leyenda patagónica, respetando por supuesto en la mayor medida posible todos los demás aspectos de la técnica original”, detalla el dramaturgo y director Juan Manuel Benbassat.
Homenajeando a la tradicional Opera dei pupi siciliana, telones, tramoyas y marionetas llevan adelante estas aventuras, haciendo dialogar las tradiciones con los nuevos paradigmas. “Una vez escrita, ensayamos durante todo el período de aislamiento y distanciamiento preventivos y obligatorios, primero por videollamada, más adelante en espacios semiabiertos cumpliendo con todos los protocolos y finalmente en sala de ensayo, cuando se permitió. Durante el desarrollo, que fue largo, atravesamos muchas dificultades producto del Covid, pero hemos llegado a buen puerto, merced a un gran trabajo en equipo y el convencimiento y la apuesta a seguir creyendo en el oficio. Por otro lado, convocamos en esta ocasión a enormes artistas que fueron parte del proceso: Alejandra Farley en la realización, Nicolás Diab en el diseño sonoro y Gonzalo Núñez en la concepción escenoplástica”, explica Benbassat.
El equipo de “Cuando el viento ruge” se completa con los intérpretes Daniela Calbi y Ariel Varela, el diseño de vestuario de Daniela Calbi, la producción ejecutiva de Daniela Fiorentino y Casa de Títeres, la fotografía de Nahuel Berger, y la producción general de Tándem Teatro. “La obra tuvo su primer bautismo gracias a la invitación del Centro Cultural Espacios, de Villa Ballester, hacia fines de 2021. Fue una instancia de catarsis, liberación y enorme alegría. No sólo estrenamos nuevo proyecto, sino también salimos airosos dejando atrás un período de mucho agotamiento e incertidumbre. Seguimos trabajando la obra, ensayando y ajustando detalles técnicos durante 2022 y llegamos al Centro Cultural de la Cooperación en junio, habiendo madurado y ajustado la puesta. Siempre seguimos analizando qué aspectos se pueden mejorar o potenciar, pero en términos artísticos, cada obra nos consolida profesionalmente como compañía y fortalece en lo humano”, asegura Juan Manuel.
“La participación de Iberescena fue crucial, ya que fue ese el disparador que llevó a poder coproducir la obra con España. Ésta no podría haber sido imaginada sin el trabajo conjunto con el artista plástico Gonzalo Nuñez, residente en Alicante, Valencia, y esa posibilidad surgió a raíz del programa de ayuda a la coproducción de Iberescena. Luego una cosa fue llevando a la otra: de las primeras conversaciones vía web, pasamos al armado del proyecto, lo presentamos, salió aprobado y llegó la financiación para empezar a trabajar (luego se sumó la de Proteatro). Materializar un proyecto de estas características es muy costoso y la ayuda institucional es fundamental. También fue un aprendizaje en términos de producción integral y ejecutiva. Agradecemos además la fluidez con la que se trabajó, tanto con Iberescena España como con la Unidad Técnica de Argentina, quienes estuvieron siempre atentos y con la mayor predisposición. Ejecutivamente fue un proceso ideal”, resume el director.
“Cuando el viento ruge” se presentará el sábado 16 de julio y ya en vacaciones de invierno los días 17, 19, 20 y 21 de julio a las 16 horas en el Centro Cultural de la Cooperación, Sala Raúl González Tuñón, CABA. “El público es maravilloso. Tanto por sus apoyos como por sus críticas. Hemos tenido devoluciones muy positivas. La puesta alterna momentos de humor con otros más emotivos, y en las funciones la reacción de la platea acompaña y potencia esos registros. Hicimos la obra pensándonos como espectadores; a la manera de ‘la que nosotros quisiéramos ver’. Una propuesta en la que también el público adulto pueda sentirse niño y disfrutar desde ese lugar. El resultado es que toda la familia disfruta el espectáculo. Tenemos la enorme suerte de contar con un público fiel que nos acompaña desde producciones anteriores y entonces viene con la expectativa alta. Ése es un desafío que superamos con alegría, sobre todo teniendo en cuenta que esta propuesta es muy diferente a la anterior”, concluye Juan Manuel.
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