-Cómo ves al teatro hoy y su perspectiva de futuro, ¿cuál es su análisis?
-Nuestra región está enclavada en estos momentos en lo pos dramático, abandona la representación, por la de presentación y lleva todo lo relacionado al teatro como participación, en los textos, en las puestas. Aparece también la construcción del actor y del cuerpo del actor como otro texto y toda la propuesta que tiene que ver con el texto del director, el texto del actor y agregado al texto del puestista y del diseño, cada uno de esos lenguajes que intervienen en la disposición del dispositivo, están presentes en este momento. También funciona desde lo paródico, desde los textos de las mujeres y sus reivindicaciones y por lo que vi en Posadas, y también en el Chaco, aparece fuertemente el tema de las diversidades. Ya tenemos formación de actores, la aparición de escuelas y la multiplicidad de los talleres y de los asistentes técnicos que llegan a la región a partir del Instituto Nacional del Teatro. Han logrado construir formaciones actorales sumamente importantes y estos actores ya tienen cuerpos dicentes, que se suman al texto escrito y al contenido de la puesta.
-¿Desde lo cotidiano, su condición de madre, docente, realizadora, qué influencia tiene el teatro en su vida?
-El año próximo cumplo cincuenta años con el teatro, en todos estos años jamás me he separado de la actividad, a veces con la realización, con la docencia, y otras con el estudio, así fue que pude desarrollar específicamente la licenciatura en Arte Dramática, en Arte Escénica, y la especialidad de Semiótica y Dramaturgia en México, en la Universidad de Guanajuato. La vida nuestra se genera a partir de mi actividad en el teatro, como analista de la semiótica en toda la región, que desde mi mirada plantea siempre una deconstrucción sígnica de lo que está puesto, y siempre desde lo sociopolítico del contexto. Mi contacto permanente como docente, no me permite a mí separarme de lo que viene, y lo que está sucediendo en el ámbito teatral, entenderlos, conocerlos, desde sus nuevas miradas, sus propuestas.
-Qué nos podés decir de lo aprendido, lo que aún falta aprender y cómo continúas transitando el mundo teatral.
-Yo creo que faltan más precisiones técnicas, faltan más maestros en cada una de las áreas, falta más definiciones académicas de cada eje, por ejemplo, de lo que tiene que ver con el teatro danza, con el teatro pos dramático, con el teatro comunitario, con lo perfomático. Si bien hay escuelas en las provincias, se dirigen más hacia la didáctica y pedagógica. El egresado sale con no muy buena formación en cuanto a lo técnico y es su hacer de la realización y eso lo tienen que desarrollar en los talleres. Por eso digo que hace falta todavía en la región, más capacitadores técnicos, más maestros que unan el concepto con el cuerpo, que den criterios de dirección, que creo es el problema más grande que tenemos en el NEA: la construcción de la mirada del director y que puedan unir, vincular, todos los ejes y lenguajes que tienen que ver con el hacer.