En un galpón han quedado almacenados durante más 30 años, objetos, ropas y alimentos no perecederos que nunca fueron enviados a su destino: las Islas Malvinas. Allí, se encuentran dos muertos y dos vivos. Los muertos, un soldado argentino y su madre preguntan, quieren saber cómo eran y quiénes eran cuando la guerra tronchó sus vidas, son almas sin memoria. Los vivos, el padre y la novia del soldado, intentan respuestas que confunden más aún. “Es una obra que fui escribiendo a lo largo de muchos años, tomando apuntes, por momentos sólo frases o ideas vagas, hasta que en 2012 me senté a escribir un primer borrador del cual fueron quedando los trazos más gruesos, los personajes y algunas situaciones”, recuerda Gustavo Guirado. “La obra fue cambiando de nombre con los ensayos, primero se llamó ‘La pija’, luego ‘La tumba del Topo Gigio’ y finalmente ‘Carne de juguete’. El resultado final de los textos, situaciones, objetos, vestuario, en fin, la puesta en escena y la dramaturgia final tiene que ver con el trabajo con los actores y actrices, ese es mi verdadero proceso creativo, el trabajo con la actuación: improvisaciones en los ensayos pulsando el imaginario colectivo e individual de los participantes. Con las funciones, el trabajo dramatúrgico continúa y entonces hoy la obra cuenta con momentos y textos distintos a la obra original. Y así seguirá siendo hasta que ya no la hagamos más”.
Esta obra que lleva realizadas más de 130 funciones en todo el país, se estrenó en 2015, pararon en 2018, y este 2022 la retomaron por el aniversario redondo del conflicto bélico. “Había muchos desafíos con la obra: hablar, cuestionar, pulsar el imaginario desde un lenguaje artístico una tragedia contemporánea como lo es la guerra de Malvinas. No caer en las cuestiones explicativas, didácticas o sentimentalistas. Poner en tiempo y espacio aquello en torno a una argentinidad fascista, desfalleciente, negadora y grotescamente heroica, pero desde un lenguaje más bien onírico, desopilante por momentos, con humor y caricatura. Los objetos escenográficos en esta obra fueron un hallazgo: se mueven solos, hay algo de espectáculo de magia, de realismo mágico. Y a su vez, dicho todo esto, que estuviera actuada de forma excelente, que es lo que agradece el público en todas las ciudades donde hemos estado, un riesgo actoral de intensidad encomiable”, detalla el director.
“Carne de juguete” cuenta con las actuaciones de Claudia Schujman, Edgado Molinelli, Federico De Battista y Yanina Mennelli, la dirección de arte de Mauro Guzmán, la construcción de juguetes a cargo de Alfredo Godoy Willson y la producción de Teatro en Rosario. “Siempre es un aliciente que se nos tenga en cuenta cuando hemos trabajado mucho y durante mucho tiempo”, asegura Gustavo en relación a haber ganado el concurso del INT. “Malvinas es un trauma no resuelto en nuestra comunidad. Porque remite a otros traumas de la historia argentina. Porque Malvinas pone en evidencia que toda una generación (la de mis padres y abuelos) enviaron alegremente (Galtieri victoreado en Plaza de Mayo) a cientos de pibes a morir, fue un acto ¿inconciente? del orden del sacrificio ritual: la culpa por la complicidad civil con la dictadura trató de ser olvidada entregando cuerpos frescos como ‘carne de jueguete’, carne de cañón para expiar el sombrío y aterrador presente del genocidio de entonces. El resultado empeoró todo. Hoy nuestro país sigue siendo un campo minado, la guerra de Malvinas continúa, está en plena vigencia”.