“Un jardín en el mundo” es una obra apta para todo público donde la niñez y la naturaleza son el eje de la historia. Allí, Ale Francavilla interpreta a Yovi, un pequeño en pleno crecimiento con ciertas dificultades para expresarse. “Con Ale somos amigos desde hace varios años y la relación siempre tuvo un ida y vuelta artístico. Él me mostraba sus canciones, yo los textos dramáticos o ideas sueltas, y siempre había un intercambio con mucho respeto y cariño. En junio de 2023 le propuse hacer algo teatral juntos y empezamos a reunirnos sin rumbo fijo, dos horas por semana”, recuerda Daniel Zalazar sobre el comienzo del proyecto. “Estos encuentros nos orientaron a hablar de teatro, música y de nuestros vínculos. Ale tiene un hijo de 5 años y las vivencias entre ellos empezaron a ser un faro para la creación de la obra. En poco tiempo Ale hizo algunas composiciones nuevas y llevó a los ensayos un puñado de canciones que él sentía que eran para la obra. A estos materiales le dimos forma y quedó esta dramaturgia en conjunto que cuenta sobre un niño que aprende a comunicarse a través del arte en su propio jardín. Así el espectáculo fue anclándose en algunas ideas de eco-teatro, el cuidado del medio ambiente, la soledad, la comunicación y las infancias”.
A partir de estos encuentros, Daniel y Ale se propusieron crear una obra que fuera apta para todo público. Entre otros desafíos estaba el hecho de que Ale no había actuado anteriormente, entonces los ensayos también fueron orientados a la interpretación actoral. Muy de a poco fueron armando el equipo y se sumó Nacho Caro como asistente de dirección, y quien a la larga también hizo la producción artística, y Maru Pérez en la producción general. “En 2016 tuve la posibilidad de estudiar actuación en Aguascalientes, México, y en esa experiencia hice algunos amigos y conocidos con quienes quedó pendiente un ‘volver a encontrarnos’. Con mi amiga y actriz Yessenia Esparza se nos ocurrió que sería una buena excusa alguna coproducción en común para hacer una especie de intercambio artístico entre Argentina y México. Armé el proyecto de Iberescena donde incluía la visita del Jardín Argentino a México y el Jardín Mexicano a Argentina”, detalla Daniel. “Obviamente no creíamos que nos iban a elegir, pero a la vez el proyecto estaba quedando muy solvente. El 30 de noviembre de 2023 nos enteramos que habíamos sido seleccionados y fue todo muy loco porque el ritmo de trabajo que veníamos trayendo debía cambiar para cumplir con las fechas proyectadas para la producción y los viajes. Está claro que sin el apoyo de Iberescena no hubiésemos podido concretar un proyecto tan grande. La ayuda nos sirvió para la producción de ambas obras y costear los pasajes de cuatro integrantes aproximadamente. Por otra parte, fuimos seleccionados también en los apoyos de producción de obra del Instituto Nacional del Teatro con lo que solventamos honorarios”.
Más allá de Ale y Daniel, el equipo de la obra quedó conformado por María Florencia Tobares y Maira Flores Vaca en vestuario, María de los Ángeles Carbajo y Agustín Arena en utilería, Valentina Pantano en diseño gráfico, Jáchal Torres en iluminación, Alan Herrera en asistencia en funciones, Nacho Caro Vera en asistencia de dirección y producción artística y Maru Pérez en producción. “Queremos continuar trabajando para que el espectáculo se consolide un poco más. Todavía sentimos que algunas cuestiones están en proceso y es divertido seguir hurgando en algunas obsesiones comunes. A mí me gustaría que la obra sea sostenible en el tiempo y que haya buen ánimo de trabajo. Por el momento nos gustaría seguir programando funciones en salas y en espacios abiertos. Por el frío sanjuanino todavía no podemos probar cómo funciona la obra en lugares al aire libre, pero es uno de los objetivos del proyecto: salir con la obra a la calle. También sería lindo grabar las canciones de la obra y que sean accesibles en plataformas digitales”, se ilusiona el director.