Esta publicación que se sumó a la colección El País Teatral reúne textos creados entre 2009 y 2022, e incluye los trabajos “Amor a tiros” de 2009, “Paciente jabalí” de 2010, “La verdad” de 2012, “Svaboda” de 2015, “TV60” 2016, “El cuerpo de Ofelia” de 2017, “Un almuerzo argentino” de 2018, “Un lugar común” de 2020, “La rata” de 2020, “El relato” de 2022, y el epílogo “Bernardo Cappa y la escritura de la escena” escrito por Martín Rodríguez. Bernardo Cappa es uno de los dramaturgos y directores más influyentes de la escena teatral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Desde sus inicios, en los noventa, viene marcando el pulso de un estilo teatral fuertemente vinculado a la escena y con los actores.
-En el prólogo decís que cada vez creés menos en el texto escrito previamente a los ensayos. ¿Este volumen de tus textos reunidos expresa este espíritu?
-Los textos que aquí se publican fueron escritos durante los ensayos. En la confusión de la búsqueda de un lenguaje que condense lo que el hecho de ensayar había desencadenado. Una trama de vínculos. Personas abocadas en la búsqueda de una ficción. Encontrándonos dónde podíamos. Perdidos. Confundidos. Hasta dar con un relato, una serie de situaciones que hagan posible que la actuación actúe. No tienen estos textos la pretensión de convertirse en literatura. Me interesa el teatro que no representa a la literatura. Que no depende de las ideas. El teatro que se hace ensayando. El ensayo es el lugar donde me gusta estar. Dónde el tiempo se diluye. Donde erramos. Nos perdemos. No pueden es cierto, los textos que publico en este libro dar cuenta de esa experiencia perdida, el único valor que tienen es la incorrección. Si se volviera a hacer estas obras no se diría casi ninguno de estos textos como están escritos. La actuación pone en movimiento una energía que enciende una maquinaria asociativa que apenas entra en contacto con la mirada, su emocionalidad, su estado emocional que nada tiene que ver con las emociones que se dicen sentir en la realidad, abre sus compuertas y lo inunda todo. Un actor actuando, no representando, sino actuando inventa un presente que contiene en toda su extensión tanto el pasado como el delirio de un futuro. La actuación es presente y a la vez la memoria de la forma de lo humano. Un actor cuando actúa transparenta una intimidad que se opaca cuando deja de actuar. La particularidad, la especificidad de la actuación es de una altísima complejidad. La literatura ordena las palabras, para producir el efecto de crear una imagen en la cabeza del lector. La actuación altera el sentido que la escritura le había dado a las palabras. Que ya habían sido escritas. Lo que se lee ya estuvo escrito antes. En el teatro que me interesa la actuación funda el tiempo, complejiza el presente. El relato que me interesa es el relato de la actuación. Relato que no está hecho sólo de palabras. La escritura es una técnica que puede ser útil tiempo después de ensayar. En el dictado, las palabras tienen la temperatura de la voz. La dirección escribe en el espacio y el espacio está siendo intervenido al mismo tiempo por la actuación que irradia desde un cuerpo emocionado ondas como si emitiera luz en varias direcciones. Esos cuerpos actúan porque están siendo dirigidos o sea porque están siendo mirados. El tiempo también interviene en la creación de lenguaje en el ensayo, por acumulación. Superpone. Mezcla. Comienzo a ensayar a partir de una intuición. Convoco actores, en general son personas con las que estoy compartiendo parte del tiempo que estamos teniendo algún tipo de afinidad. El ensayo modifica cualquier hipótesis que le dio inicio. Hay tanta vitalidad en la acción de producir lenguaje durante un ensayo que no lo podría cambiar de ninguna manera. Las modalidades de producción que demandan un tipo de resultado, que necesitan estar seguras de que no van a perder dinero exigen que la obra esté escrita porque de esa manera al menos hay un sendero sino todo es deriva. Los cuerpos quedan reducidos por la literatura cuando ésta le impone su gramática. Cuando no están obligados a representar la realidad. Sino hacer conexiones, alteraciones en el tiempo, producen otra realidad más intensa, más real. De una artificialidad que hace posible el movimiento de las emociones. En éste volumen se publican los textos como pedazos de recuerdos de la experiencia. De esta manera creo yo queda preservado el espíritu de la creación de esas obras que nunca fueron pensadas como literatura sino como intentos de producir un lenguaje. Los textos publicados en este libro están contaminados por la polución de la actuación.
-¿Encontrás en estos textos repeticiones que te hagan pensar en marcas o rasgos de estilo propios?
-Si. Hay marcas. Límites que se van haciendo cada vez más claros. Lamentablemente. Tengo la ingenua esperanza que al publicarlas pueda verlos con más claridad y traspasarlos, para eso sigo ensayando.
-¿Consideras que éste libro tiene alguna implicancia concreta en tu trabajo, en tu trayectoria como creador?
-No sé si tiene una implicancia concreta en mi trabajo. Hay mucho tiempo, mucha búsqueda, mucho error y el descubrimiento, la aceptación de que en el error hay una invitación a traspasar el propio límite. Por eso los textos fueron apenas corregidos quise que mantuvieran su estado salvaje como plantas que crecen en un baldío entre los escombros de una demolición.
“Escombros. 10 textos reunidos” de Bernardo Cappa ya está disponible en formato digital para lectura on-line y descarga directa desde la web de Editorial INTeatro.
