Los primeros escenarios del grupo catamarqueño Martín Pescador fueron fiestas barriales, el hogar tutelar de menores, la Casa Cuna, la liga capitalina de fútbol, la Sala Sánchez Gardel y el Teatro Calchaquí. En 1975, con la partida de Alejandra Patricia Cowes a Buenos Aires el grupo incorporó a Jovita Fernández, reconocida actriz de la comedia provincial catamarqueña de ese entonces. A partir del año 1981 y con la dirección de la dupla Daniel Martínez / Jovita Fernández, el grupo realizó presentaciones en salas y centros culturales, en escuelas provinciales y nacionales y fue convocado para presentarse en los veranos culturales. Como novedad, en el año 82 empezaron a incorporar en su elenco a niños y niñas que serían su semillero en años sucesivos. Durante ese tiempo representó a la provincia en festivales internacionales, nacionales y provinciales. Desde el año 2015 el grupo pasó a ser dirigido por Luciana Jerez, una de las actrices de su semillero.
Según sus responsables, “el grupo experimentó una notable evolución a lo largo de sus cinco décadas de existencia. Esta evolución puede observarse en varios aspectos clave como: estilo y temática; públicos; técnicas y recursos; formación y profesionalización; compromiso social y educativo; innovación y adaptabilidad”. Inicialmente, el grupo se centraba en educar y entretener a los niños de una manera directa. Con el tiempo, incorporó elementos más contemporáneos, abordando temas actuales y relevantes para las nuevas generaciones, esto permitió que sus obras sigan siendo atractivas y significativas para el público infantil actual. Martín Pescador adaptó sus técnicas y recursos a los avances tecnológicos y a las nuevas tendencias en el teatro. Pasó de utilizar escenografías y técnicas de actuación más convencionales a integrar tecnologías digitales, proyecciones y otros efectos visuales que enriquecen la experiencia teatral. Además, adoptó técnicas más interactivas y participativas, invitando a las infancias a formar parte activa de las historias. A lo largo de los años, el grupo invirtió en la formación continua de sus integrantes, permitiendo una profesionalización del elenco y del equipo creativo. Esto resultó en una mayor calidad artística y técnica de sus producciones, posicionándose como referentes en el ámbito del teatro infantil y adultos.
El grupo profundizó su compromiso con la educación y el desarrollo social estableciendo programas y talleres educativos que complementan sus representaciones, trabajando en colaboración con escuelas y comunidades para fomentar el amor por el teatro y las artes desde una edad temprana. Además, llevan producciones a zonas con menor acceso a la cultura, asegurando que el arte sea inclusivo y accesible para todos los niños. La capacidad del grupo Martín Pescador para innovar y adaptarse a los cambios sociales y culturales fue crucial para su longevidad. “Hemos sabido reinventarnos sin perder la esencia, explorando nuevas formas narrativas y formatos, incluyendo el teatro online durante períodos de confinamiento, lo cual nos permitió seguir conectando con nuestra audiencia a pesar de las adversidades”, aseguran.
El grupo Martín Pescador participó en diversos festivales y encuentros en la provincia de Catamarca y en otras localidades del país. En el año 2000 el grupo representó a su provincia en la XVI Fiesta Nacional del Teatro en la provincia de Salta con la obra “Caídos del mapa”. En el año 2018 el grupo cumplió 45 años de vida y en el medio de sus festejos recibió la Mención Sarmiento, máximo galardón que otorga el Senado de la Nación, por sus más de 100 espectáculos. “La producción teatral en Catamarca abarca una amplia gama de géneros y temáticas, lo que refleja una escena dinámica y en constante evolución. La asistencia a las funciones teatrales puede ser un buen indicador. Si bien los teatros independientes a menudo enfrentan desafíos para atraer grandes audiencias, el apoyo de una base de espectadores leales y apasionados es fundamental. Las iniciativas que involucran a la comunidad, como talleres y programas educativos, son esenciales para fomentar el interés y la participación en el teatro local”, analizan.
Como grupo de teatro independiente, el mismo desea seguir desarrollándose tanto artística como profesionalmente, explorando nuevas técnicas, géneros y estilos de interpretación y producción. Quieren mantenerse en constante aprendizaje y evolución para ofrecer siempre lo mejor al público. “Aspiramos a obtener un mayor reconocimiento tanto a nivel local como nacional e internacional. Nos gustaría que nuestro trabajo llegue a más personas y sea apreciado por su calidad y originalidad. Un sueño recurrente es tener un espacio propio donde podamos ensayar, presentar nuestras obras y llevar a cabo talleres y actividades culturales. Este lugar sería un punto de encuentro para la comunidad y un referente cultural en la región”, auguran para el futuro. “Deseamos que nuestro trabajo tenga un impacto positivo en la sociedad, abordando temas relevantes y promoviendo el pensamiento crítico y la reflexión. Queremos ser una voz activa en nuestra comunidad, contribuyendo al debate cultural y social. Nos gustaría establecer más colaboraciones con otros grupos de teatro, artistas y organizaciones culturales. Creemos en la importancia de crear redes de apoyo y colaboración que enriquezcan nuestro trabajo y nos permitan llegar más lejos. Estos deseos reflejan nuestra pasión por el teatro y nuestro compromiso con la cultura y la sociedad. Creemos que con esfuerzo, dedicación y creatividad, podemos alcanzar estos objetivos y seguir creciendo como grupo independiente”.