La obra cuenta la historia de dos mujeres que se establecen en Río Grande a fines de la década del cincuenta y principios de la década del sesenta. De orígenes muy diversos, llegan a esta ciudad, que no alcanza los 4000 habitantes, con la esperanza de un futuro mejor. Todo hace suponer que no hay confluencia posible. Sin embargo, un efímero encuentro deja en una de ellas una imagen imborrable. La imagen vuelve una y otra vez con esa potencia silenciosa pero arrolladora que solo las imágenes saben tener. Una potencia que es capaz de invadir el pensamiento y modificar el curso de una vida. La mujer puente está inspirada en la vida de Ariela Saldivia y la de Sara Szabo Zalán. Ariela vino de Chiloe, y durante 7 años trasladó pasajeros con su bote a remo entre las dos márgenes del río Grande. Sara había nacido en Hungría. Con su esposo instalaron la fábrica Parquet Futura, que funcionó entre los años 1958 y 1962 en aquel inhóspito Río Grande.