Un botecito a la deriva en un río congelado. Aferradas a él, dos mujeres en viaje apocalíptico. Una rara atmósfera se va instalando: los arquetipos se desdibujan, la idea de un hogar se desvanece.
Tal vez alguien del público pueda decir, como Adrienne Rich:
“Vine para explorar el naufragio…
Vine para ver los daños que ha habido
Y los tesoros que se han conservado…”