Una sala de espera, una virgen y un altar.
Un pueblo patagónico que conserva la memoria viva de la visita de Lady Di como una reliquia sagrada.
“¿Alguien sabe cuándo va a morir”? Se interroga el protagonista, entre velas, flores de colores y estampitas milagrosas.
Hasta que el cuerpo aguante, esperaremos el milagro, el portento, la advocación de la Virgen susurrando en nuestros oídos, en un idioma antiguo y desconocido, el misterio de la vida: “Hay que engañar al tiempo”.