Hemos podido tener un panorama de la situación inmediata al atentado perpetrado sobre la vicepresidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, tanto como de los gestos y acciones que a partir de allí se sucedieron desde los grupos y salas de teatro de todo el territorio nacional.

Desde allí, podemos decir que vemos con mucha preocupación los avances de los discursos que desinforman y alientan a la desarticulación de la comunidad, invisibilizando la problemática de fondo: el ataque a los acuerdos democráticos que garantizan la paz social.

El Teatro es ese refugio en el que nos desprendemos de pantallas y distancias virtuales para darnos la posibilidad de estar con el otro. Un otro que es siempre un compañero, compañera, una hermandad en el camino de la vida. Eso nos ha enseñado el Teatro. Que la tarea es colectiva, es solidaria y es impulso para muches.

Nuestra responsabilidad hoy es atender a las manifestaciones que ponen en riesgo la integridad de una vida digna solo posible en democracia, sólo posible a partir de la paz social; contrarrestando con las herramientas que nuestro teatro argentino nos ofrece. Aportando a la vinculación de la población con su historia, con las experiencias colectivas que en los barrios, escuelas, poblaciones se construyen en gestos de alivio. Poner en juego al Teatro como espejo de aquello que nos une a la ternura que significa extender una mano amable hacia quienes nos rodean.

Este Plenario se pronuncia a favor de los encuentros, a favor de la escucha reflexiva, a favor de la paz y la solidaridad. En el reconocimiento al valor de la organización de las comunidades, única herramienta que en la historia de los pueblos ha sido la que permitió poner a resguardo la vida en todos sus aspectos.

Como responsables de la ejecución de políticas culturales públicas vinculadas al teatro en todo el territorio nacional entendemos que este es un tiempo de urgencias. Urgencia por restablecer los vínculos que unen a nuestra comunidad con las realidades y nuestras historias. Ese espacio donde se configuran los valores, las acciones colectivas, los sueños, las reflexiones de una comunidad.

La idea de Democracia es un valor que en este país ha costado mucha sangre y sobre ella, la lucha colectiva y persistente de muchas y muchos. La Democracia es ese espacio en el que pudimos conseguir nuestra Ley Nacional del Teatro, única en la región. Esa ley que permite que el Teatro argentino viva cada día, aún cuando fuera amenazado por una pandemia. La Democracia no es un capricho de este tiempo, es la que permite abrazar cada derecho en función de la vida digna de nuestro pueblo.

Nuestra Democracia es la que nos ha permitido consolidar la Ley Nacional de Teatro que está cumpliendo 25 años. Nuestra Democracia es la que ha permitido a esta institución garantizar el acceso al teatro a nuestra comunidad. Atentan contra la democracia ayer y hoy, cuando firman la caducidad de las asignaciones específicas que sostienen nuestras producciones, festivales, capacitaciones del teatro federal. Hoy los discursos deben ser actos profundos para defender lo que no está garantizado, porque es la organización de la comunidad la que podrá conseguir y consolidar los derechos que a fuerza de luchas se han conseguido en nuestra Argentina, en nuestra América toda.

Plenario de representantes y representantas del INT