La creación de la obra fue un proceso muy intuitivo, donde el juego y la experimentación placentera fueron los protagonistas. Cada miembro del equipo aportó, desde sus experiencias y expectativas, su mundo creativo, resultando así una propuesta que tiene retazos con lo mejor de cada integrante. A su vez es una obra que se actualiza con el contexto y las noticias del momento, por lo que también es una pieza en constante elaboración. “Glam no es una historia cerrada, es justamente una sátira de la vida misma. Y como tal, se fue modificando un montón en estos dos años. Como sociedad cambiamos constantemente (el mundial, las elecciones, las fiestas, los programas) y todo eso constituye la materia prima con la cual hacemos humor. Estéticamente también fuimos ajustando detalles: desde el aspecto plástico de los personajes, hasta los segmentos dentro de la obra. Es una pieza muy vertiginosa, donde no hay ninguna estabilidad discursiva, sólo la lógica del humor”, explica Ignacio Hael, uno de los actores y dramaturgos de esta creación colectiva, quien a su vez es el director de El Atelier Espacio Cultural, la sala donde nació la obra.
“Glam, nada que pensar” nos transporta a un programa de formato televisivo teatral con celebridades en vivo, su detrás de cámara/escena y lo cautivantes que intentan ser estos personajes cuando se encienden las luces. Humor, anécdotas, música, sketches, imitaciones y monólogos a cargo de Batiah Adler de Chazal, Pablo Campisi, Juan J. Soria, el propio Hael, y los artistas invitados Daniel Fares y Lucas Luna. “Es un grupo en el que nos entendemos y comunicamos escénicamente muy bien. Cada miembro tiene un aspecto que lo destaca y eso se potencia en escena y el grupo se lo permite. El desafío más grande siempre fue mantener la frescura del humor y la improvisación, tomando temas de actualidad que no siempre son agradables y encontrarle la vuelta en el disfrute”, detalla Ignacio.
El equipo de Glam lo completa la coordinación artística de Abril d’ Oliveira, las redes sociales y fotografía a cargo de Benjamin Correa Antoni y el asesoramiento escenográfico de Sofía Seidan. “Por su estructura permeable en cuanto a los temas que se abordan, como así también a la posibilidad de recibir invitados con nuevos personajes, la obra permanece en reconstrucción y recodificación constantes. Nos gustaría poder seguir esos procesos naturales de mutación, manteniendo el disfrute y el humor que consolidaron el trabajo y, también, llevarlo a más espectadores, quienes son fundamentales en la construcción de la comicidad. Son el gran remate de cada chiste”, concluye Hael.
Para más info de próximas funciones: @glamnadaquepensar