El periodista Alberto Catena lanzó el libro “La crítica teatral en los medios gráficos argentinos de 1960 a 2022” a través de la editorial del Instituto Nacional del Teatro. El mismo ya se encuentra disponible en versión digital para descarga directa y lectura on-line. Este libro aborda la crisis de la crítica teatral en los medios e intenta una explicación de los distintos factores que llevaron a ésta situación. Más allá del acierto o no de las explicaciones e incluso de ciertas predicciones, este trabajo de Catena deja como aporte inestimable a lo largo de 13 capítulos el testimonio histórico de varias generaciones de críticos y periodistas especializados y, a través de esas palabras, de cómo se desarrolló la profesión, de sus diamantes y cenizas a través de ese tiempo, y de los interrogantes y retos que todavía plantea, sobre todo en el plano del formato digital, la posibilidad de supervivencia de la crítica. Uno de los tantos entrevistados en el libro es Roberto Schneider, quien acompaña a Alberto en la foto que ilustra este texto.
-Entre sus virtudes, el libro se destaca por su rigurosidad y voluminosidad. ¿Cómo fue el abordaje del tema y cuánto tiempo te llevó la investigación?
-El abordaje del tema principal del libro, la virtual desaparición en los medios gráficos de la crítica teatral, comencé a investigarlo cuando, hace alrededor de quince años, tal vez un poco más, descubrí con algunos colegas cómo se venía produciendo ese fenómeno especialmente en los diarios, que fueron desde siempre el lugar donde este género se practicaba con mayor frecuencia y al que los lectores interesados acudían para informarse. A partir de allí, mi investigación tuvo como centro de atención la entrevista a distintos profesionales para que me contaran su experiencia en la crítica y cómo veían ésta situación. Desde luego, esa exploración fue apoyada también por la lectura de distintos libros que señalaban un cambio radical en los métodos de información de distintos medios, que poco a poco empezaron a distorsionar la tradición más sana del periodismo anterior para someterla directamente y sin tapujos al servicio de determinados intereses económicos, apelando incluso a deformaciones de la verdad tan descaradas como son las fakes news o el ocultamiento de ciertas noticias. Fue en ese contexto general que yo encontré las verdaderas causas de un fenómeno que, en el caso de mi trabajo, provocaban la crisis de la crítica teatral, pero que en rigor afectaban a muchos otros géneros periodísticos. Quiero aclarar que en aquellos quince años de pesquisa aproveché también para escribir otros libros, sobre todo biografías-ensayo como las dedicadas a autores como Andrés Rivera o Griselda Gambaro y algunas cosas más.
-El subtítulo del libro es El discreto crepúsculo de un género periodístico. ¿Por qué esta definición?
-El subtítulo intenta significar el lento y casi inadvertido ocaso de una especialidad que, como tantas otras cosas, se fueron borrando del mapa en medio de un proceso donde ese hecho se aceptaba, se naturalizaba sin ninguna protesta. No sé si ese borramiento se concretará del todo o la crítica se reubicará dentro de otros soportes rescatando lo mejor de su pasado -y modificando dentro suyo aquello que dejó de servir o estaba mal-; la decadencia del pensamiento crítico a nivel global achica cada vez más la esperanza de que eso pueda ocurrir, por lo menos a un corto plazo, pero me pregunto si esa conducta tan general de la humanidad actual -que en el caso de la crítica y su virtual evaporación no ha provocado ningún descalabro social importante ni lo provocará-, esa naturalización con que las sociedades actuales reciben determinados hechos que perjudican verdaderamente la condición humana, como el hambre, la injusticia y tantas otras aberraciones, seguirá siendo práctica común entre las personas. Y esto sí que es verdaderamente grave.
-Tenés una larga y reconocida trayectoria como crítico de teatro, editor y periodista cultural. ¿Qué significa este trabajo para tu vida y para tu obra?
-Mi producción bibliográfica es pequeña y poco trascendente, no pasa de los diez libros. Así que llamarla obra me parece una sobrevaloración, aunque agradezca el piropo. Precisamente, con este libro llego a la decena y en el aspecto profesional como crítico es posiblemente la culminación de un trayecto que este año, un poco antes de noviembre, cumplirá los 60 años de periodismo, no de crítico, a los que dediqué solo 40 de ellos. Por mi edad es evidente que no tengo mucho tiempo para ensanchar el número de libros que produje. Mi propósito sería hacer dos más, pero no relacionados con la crítica. El tiempo dirá si eso es posible.
“La crítica teatral en los medios gráficos argentinos de 1960 a 2022. El discreto crepúsculo de un género periodístico” ya se encuentra disponible en versión digital para descarga directa y lectura on-line.
