En Salta, durante la década de los 80, con la vuelta a la democracia, se vivía un clima esperanzador en todos los sectores de la sociedad pero, sobre todo, dentro del ámbito cultural. Sin embargo, más allá de los buenos augurios, la realidad estructural del campo teatral salteño se mostraba discordante: la falta de espacios y la aparición de nuevos grupos teatrales, que arrancaban su vida produciendo de a poco y sin las adecuadas herramientas para concretarlo, fueron síntomas de un renacer lento y trabajoso.
Los 80 y 90 fueron décadas de un proceso de autogestión intermitente de algunos espacios y grupos locales. En esta época, se destacó la labor del actor, director y gestor teatral José Antonio Lázzari quien, junto a su grupo, desarrolló un espacio teatral en la llamada “Peña Española”, en pleno microcentro de la ciudad. Además, la Fundación de lo que entonces fue el Banco del Noroeste inauguró un espacio cultural con una sala adecuada para la representación a la italiana. En estos sitios, junto a salas oficiales del Gobierno de la Provincia y el Centro Cultural “Holver Martínez Borelli” (que todavía funciona, bajo la administración de la Universidad Nacional de Salta), el Teatro comenzaba a germinar.
Un nuevo horizonte se avizoró, al ingresar al nuevo milenio, con la presencia del Instituto Nacional del Teatro. El 2003 fue el año del nacimiento de un proyecto que se mantiene hasta el día de hoy y que ha cobrado una fuerza y un sostenimiento único en la Provincia de Salta: la gestión del Salón Auditórium “Dr. Rafael Villagrán” (ubicado en la histórica Avenida Belgrano de la Ciudad de Salta), que le debe su relevancia y su vigencia a la labor de Ana María Parodi. La larga trayectoria de la teatrista, en consonancia con su decidido empuje y constancia, lograron que hoy el Teatro local pueda contar, orgullosamente, con un espacio de gestión independiente dedicado a las artes escénicas. La sala que, con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro en las diferentes etapas de su desarrollo, logró convertirse en un espacio cultural de renombre, cobijó a innumerables grupalidades locales, nacionales e internacionales.
PRIMEROS PASOS
Una vieja construcción -en la que funcionó el Auditórium General del Ministerio de Bienestar Social (perteneciente al Gobierno de la provincia de Salta), durante la década del 70- parecía ser la indicada para instituir una nueva sala teatral. Allí se desarrollaban actividades oficiales y presentaciones de academias de danza, también funcionaba como auditorio para actos académicos y profesionales y, durante los fines de semana, tenía lugar el “Cine Arte”, con la gestión de Ricardo Castro (un gran precursor de la cultura salteña).
En el 2003, con la colaboración de Miguel Ángel Pereyra, Ana María emprendió la restauración de las instalaciones, cuyo deterioro, en ese momento, daba testimonio de la falta de mantenimiento. Con la colaboración de teatristas, como Jorge Renoldi y Sofía Kokonós, se iniciaron las actividades con funciones teatrales, de títeres y musicales. Fue un año muy duro para la gestión, debido a que la actividad teatral local todavía buscaba continuar llevando sus producciones a las salas oficiales, ubicadas en el centro de la ciudad.
Durante los primeros años de gestión hubo grandes desafíos, como sostener los acuerdos con las autoridades y las vicisitudes de los tiempos electorales; sin embargo se logró un acuerdo inicial que, aunque precario, permitió la continuidad del proyecto. Luego se sumaron a la causa Rosy y Carlos Lazarte, con los que Ana María inauguró el 2º Ciclo Cultural, que se convirtió en una de las actividades habituales del espacio, y que coincidió con el primer aniversario del emprendimiento. Mientras tanto, las mejoras se sumaban mes a mes (con instalaciones eléctricas, luces de la sala, etc.) y los acontecimientos se multiplicaban año a año (con la realización de un mural diseñado y realizado gratuitamente por la artista plástica María Laura Buccianti, la entrega de los premios “PHERSU” a la actividad teatral local, el ingreso al circuito de las Fiestas Provinciales del Teatro y el aporte de subsidios por parte del Instituto Nacional del Teatro, que permitió adecuar el espacio para obtener la habilitación municipal). En esos años, también, se logró un convenio de comodato, a través del Instituto Provincial de la Vivienda, de la Provincia de Salta.
En este período de intenso trabajo en las instalaciones, Ana María Parodi presentó, con su grupo Stress, el estreno de su primer espectáculo Eva y la Muerte (de Patricia Focaccia), sumando un nuevo elemento a su gestión: la producción. Además, la sala se comenzó a refuncionalizar con la sumatoria de nuevos ambientes, para el armado de la cabina de control de luces y sonido, camarines y depósitos, lo que le permitiría tener más beneficios y comodidades para los grupos teatrales. Ya, para el año 2007, la platea requirió renovaciones en sus butacas y otros arreglos, para poder dar un salto cualitativo y cuantitativo en la sala. Abocada a esta tarea, Ana María Parodi logró, tras gestiones con el gobierno provincial de turno, una serie de refacciones que le permitieron mejorar significativamente el espacio: recibió la donación de butacas que pertenecían al antiguo Cine Victoria, hoy convertido en el Teatro Provincial Juan Carlos Saravia, institución que le donó respaldares. Las mejoras fueron significativas dado que se sumaron, entre otras cosas, renovaciones integrales de instalaciones eléctricas, acondicionamiento de camarines, construcción de baños para el público e instalación de refrigeración para la sala. El Salón Auditórium celebra, año a año, su aniversario en el mes de marzo, en el que realiza actividades especiales y los festejos por el Día Mundial del Teatro.
EL CRECIMIENTO
Pronto, las celebraciones de los aniversarios del Salón Auditórium “Dr. Rafael Villagrán” se convirtieron en un cásico de la Cultura local. Fueron conmemoraciones temáticas: la séptima edición se la denominó Setenta veces Siete (2010). La octava edición (2011), se denominó Encuentro Escénico “Teatro Infinito” (cuya gráfica jugaba con el número 8 y la cinta de Moebius) y tuvo carácter regional. A partir de ese año (y para facilitar el posicionamiento del encuentro, las tareas administrativas y de gestión), se mantuvo la denominación: Aniversario de Salón Auditórium “Dr. Rafael Villagrán” – Celebración Temática – Encuentro Escénico Nacional: “Teatro Infinito”, incluso hasta la actualidad. Desde el 2013 la gestión de la sala realiza la entrega de un reconocimiento a las artes escénicas para homenajear y reconocer el trabajo de los artistas locales, con la Gala de Premiación de los “Premios Victoria a las Artes Escénicas”. Este año (2023) se celebra su décima edición, hecho inédito para la Provincia de Salta, dado que es el único reconocimiento al Teatro local a la actualidad. En Abril del 2014, el Secretario de Cultura expidió el Certificado Aval ante las autoridades provinciales, el cual fue fundamental para obtener el nuevo convenio de comodato que rigió con vigencia opcional a cinco años más. El mismo año, tras gestiones de Ana María Parodi, el Gobierno de la Provincia de Salta renovó el convenio con la firma del Decreto 1180/14, otorgando las habilitaciones pertinentes hasta el 2019. En el transcurso de los primeros meses del 2015, el Instituto Nacional del Teatro dispuso un aporte financiero para poder llevar adelante tareas de mantenimiento y refacciones y, de esta manera, continuar con el desarrollo edilicio y mayor confort para público y artistas. Cabe destacar que, en los últimos años, el salón ha recibido subsidios de sostenimiento de sala, ha participado de aportes por la pandemia y de planes especiales generados desde nuestro organismo.
TEATRO Y DEMOCRACIA
El Teatro, como herramienta exploratoria que proporciona conocimiento sobre la realidad y una reflexión sobre nosotros mismos, es un reflejo de la vida en Democracia. Los 20 años de trabajo ininterrumpido del Salón Auditórium “Dr. Rafael Villagrán” dejaron huellas de su vigencia, dando evidencia de su existencia como un espacio en el que el Arte y la Cultura se despliegan con la libertad que propician los sistemas democráticos. Así la sala continuará, en los años venideros, velando por el acceso a la cultura del público que habita el Valle de Lerma. Por su escenario transitaron actrices, actores, grupos que se convirtieron en protagonistas de la historia teatral de las últimas décadas en nuestra provincia. Seguramente muchas de las anécdotas y procesos del Salón Auditórium son también el reflejo de tantas otras salas que, a lo largo y ancho del país, fortalecieron una concepción de gestión independiente con el apoyo del Estado. El Instituto Nacional del Teatro es el organismo que tuvo el papel vital de articular políticas con esos espacios, para incentivarlos a sostenerse, crecer, ser imitados y, sobre todo, fomentar las artes escénicas como un bien cultural y como derecho inalienable de la ciudadanía salteña y argentina.
ANA MARÍA PARODI – ACTRIZ, DIRECTORA Y GESTORA TEATRAL INDEPENDIENTE
Inicia su actividad teatral en 1981, integrándose al Grupo Teatral de “La Peña Española” (bajo la dirección de José Antonio Lazzari) y protagonizando obras como: Camino negro y En boca cerrada, entre otras. Más tarde, como creadora del grupo Stress, produce y protagoniza diversas obras. Representa a Salta y Argentina en diferentes encuentros y festivales del país y de Latinoamérica. Recibió numerosos reconocimientos a lo largo de su trayectoria, entre los que se destaca el Premio Podestá 2012 (Trayectoria Honorable), otorgado por Asociación Argentina de Actores y el Honorable Senado de la Nación. Desde el 2003, hasta la actualidad, gestiona y coordina el Salón Auditórium “Dr. Rafael Villagrán”
−¿Qué significan estos 20 años de Gestión Independiente del Salón Auditórium “Dr. Rafael Villagrán”?
−Es parte de mi ser. Allá por el 2003, cuando inicié esta “aventura”, fue como abrir una puerta sin saber hasta dónde me llevaría el camino. Fue una quijotada que sería interminable de relatar. Luego, con el pasar de los años se transformó en un gran amor y cada paso, cada avance, como haber parido un hijo y verlo crecer. Me dicen “la señora del Auditórium” y yo respondo que sí, que es mi “marid-hijo” y creo que lo celo y lo cuido más que a mi propia casa. Está al Servicio de las Artes Escénicas. Las únicas condiciones para participar son el cuidado y respeto por este lugar que, para mí, es un templo.
−¿Cómo considerás que aportás desde el espacio del Salón Auditórium “Dr. Rafael Villagrán” a la vida en Democracia en nuestro país?
−La Democracia no solo es votar. Democracia es respetar la libertad de cada persona para pensar, ser y expresarse. El Teatro fue, es y será exactamente eso: La Libertad de decir, hacer y mostrar la realidad y la ficción en acuerdo y desacuerdos, en consenso y en disenso. El Teatro contribuye a la libre expresión del artista y a formar en el público opinión, conciencia, debate y también divertimiento. No hay censura previa, y el juicio de valor artístico de cada representación lo ejerce el público. Libertad sobre el escenario y en la platea: esa es mi contribución a una vida en
democracia.