Julián llega a escena de manera tranquila y a su tiempo; respetando los momentos y sensaciones que el actor recibe del público asistente, y se encuentra con su silla, que en este caso, significa el sostén, el objeto conocido y de apoyo. Luego se va desarrollando una historia sobre lo importante de incorporar lo que creemos “distinto” a nuestras vidas, ya que el miedo, el valor, la frustración, el coraje son emociones con las que estas familias viven a diario.